Impro Typo es un proyecto de escritura creativa que utiliza la máquina de escribir y sus recursos gráficos propios de la herramienta, como la tinta, su mancha, la textura y el papel. 

Es un proyecto de Tebu Guerra basado en la escritura, pero que recorre diferentes campos, ya que su autor lo materializa con varios tipos de acciones, que van desde la escritura en vivo y al momento para un público que establece el motivo del texto, pasa por la escritura por encargo (cartas, poemas, cuentos), y llega hasta la edición de una publicación. 

El nombre nace con una acción de escritura en vivo y lo define con un juego de palabras: 

Impro porque la acción en vivo se trata de escribir al momento, improvisando, como un repentismo escrito a raíz de un motivo dado por el público. 

Typo es un juego con la inglesa type, y en español tipo, que es la pieza que contiene la letra que se estampará en el papel mediante la tinta, tanto en imprenta tradicional como en la máquina de escribir. A la vez que la pronunciación española de tipo señala a ese alguien que improvisa.

• 

• 

• 

• 

• 

La acción de escritura en vivo y al momento usa como motor un motivo concreto que el público establece a su gusto. A menudo son tres palabras o una frase, a partir de la que nace el texto personalizado basado en dichas indicaciones. El resultado suele ser en su forma un poema o un relato, siempre impreso en un papel especial con textura. La acción en vivo culmina con la lectura del texto y la entrega del papel oficial impreso. La escritura por encargo se trata la mayoría de veces de regalos únicos y personalizados, siendo los más demandados poemas y cartas. Y en el caso de los textos publicados bajo este alias, por ejemplo en La Brújula, son escritos con la libertad que da la ausencia de directrices. Es un detalle importantísimo que hoy en día se agradece, esta página se convierte en un formato perfecto para experimentar tanto con el texto escrito, como con su composición y presentación gráfica en la página. 

CURIOSIDADES:

Ya de por sí, una máquina de escribir es un objeto con un trasfondo cargado de experiencias. Para las generaciones que no la usaron en su momento, es una herramienta que despierta la curiosidad. Las nuevas generaciones que han nacido en la era del ordenador tal vez les suene de verla en casa de sus abuelos o cuenten con una a modo decorativo o sus padres guarden una en algún trastero. 

La generación infantil que ha nacido con los dispositivos móviles y con internet, se sorprenden al ver un aparato ruidoso y tan rudimentario que al fin y al cabo es el antecedente de los ordenadores. Es muy común que se forme un corro alrededor del stand donde se encuentra la máquina, y que los adultos se vean arrastrados por el recuerdo y empiecen a contar sus anécdotas con las máquinas. Como hace unos años los ordenadores, hubo al menos una en cada casa. 

Destacado es el poder evocador del instrumento, comenzando por el sonido del golpeteo en las teclas y la estampación en el papel, pero sobre todo el mítico timbre que avisa del final del renglón. Sonidos que son un resorte inmediato para que comiencen a surgir los recuerdos.

Cada máquina tiene una historia personal y familiar, en parte por tratarse de una maquinaria cuya obsolescencia llegó más por retiro generacional cuando se impuso la máquina eléctrica y finalmente el ordenador personal, que por falla o autodestrucción del propio objeto que es la programación a la que nos hemos acostumbrados. 

La mayoría de las máquinas con las que cuento son regalos. Hay gente que aún tiene máquinas y que prefiere y confía en que yo las cuide y las use y las mantenga a punto, antes que se se llenen de polvo, se oxiden o se estropeen. Este proyecto lleva una carga personal y llena de historias.